La Europa turbulenta del siglo XIX estuvo marcada por la hegemonía británica y por la revolución francesa, que traía consigo unas ideas progresistas. En España se quería evitar el contacto con las ideas revolucionarias provenientes de la otra gran potencia europea, Francia[1], por si se propagaban en el país. Con esa finalidad, Floridablanca decidió suspender los Pactos de Familia[2], creando controles férreos en la frontera pirenaica, ya que apoyaba a Luis XVI. Ante esta situación, el monarca español decidió que el conde de Aranda[3] sustituyera a Floridablanca, para mantener la situación con los franceses e intentar salvar al rey de Francia. Posteriormente, le sucedió Manuel Godoy[4], que siguió los planes de su predecesor, pero Luis XVI fue ejecutado, lo que desencadenó que España declarara la guerra a Francia, por lo que se unió a la coalición internacional y participó en la Guerra de la Convención[5]. El desenlace del conflicto se veía desfavorable para España, por lo que Godoy firmó la Paz de Basilea[6] en 1795. Posteriormente, esta relación llevo a una alianza firmada en el Tratado de San Ildefonso[7] (1796) en contra de Gran Bretaña.
Cabe destacar la política liderada por el general Napoleón Bonaparte para alejar a Gran Bretaña del poder. El fracaso de la conquista de Gran Bretaña de las tropas napoleónicas, provocó que en 1806 el emperador decretara el Bloqueo Continental[8], con el fin de aislar a la potencia británica. Sin embargo, Portugal, aliada de Inglaterra, se negó a respetar el tratado, lo que desembocó en la decisión de Napoleón de invadir dicho reino. A raíz de esa decisión, España entró en contacto con Francia a principios del siglo XIX, mediante el Consejero de Estado y de Guerra Eugenio Izquierdo, representante plenipotenciario de Manuel Godoy, valido de Carlos IV, y Gérard Duroc, representante de Napoleón. Estas conversaciones derivaron en la firma del Tratado de Fontainebleau de 1807, donde se recogía una alianza franco-española con el fin de invadir Portugal y se establecía el “Derecho de paso” por España de las tropas francesas; y una vez invadida se repartiría en tres partes el territorio peninsular: el norte entre Duero y Miño junto con Oporto se entregaría como el Reino de Lusitania Septentrional que pertenecería a la ex reina de Etruria; la parte central, comprendida entre el Duero y el Tajo, las llamadas cuencas españolas, se quedarían reservadas para futuras compensaciones; y por último, la provincia de Alentejo y el Reino de los Algarbes pertenecería al Príncipe de la Paz, Godoy. Todos estos territorios seguían las leyes que están en uso en la familia reinante de S.M. el Rey de España[9]. Además, estos territorios nunca podrán reunirse bajo un mismo rey o a la Corona de España. Las consecuencias anteriores al Tratado de Fontainebleau y posteriores dejaron mermado el poder de España y su economía. La flota franco-española sufrió una devastadora derrota en Trafalgar[10], lo que provocó un aislamiento internacional por parte de Napoleón. Pero una vez más, se veía muy lejos la imagen del gran poderío bélico característico del Imperio Español. Además, a partir de este momento se vio mermado el comercio con América debido en gran parte al peligro existente en las rutas comerciales, por lo tanto, la Hacienda Real se encontraba con escasos recursos. A raíz de esta situación, Godoy realizó reformas interiores[11], como, desamortización del clero, reducir la influencia de la Inquisición, etc. El inicio de invasión de España por parte del ejército napoleónico era un rumor, pero empezó a llevarse a cabo realmente cuando se tomó Lisboa y los ejércitos de reserva francesas tomaron las plazas españolas ubicadas en la frontera con Francia, y posteriormente, las ciudades de Barcelona, Pamplona, San Sebastián, Salamanca y Burgos, entre otras. Dentro de la monarquía se empezaba a crear un descontento con Godoy como se vio visible en su apartamiento tras el Motín de Aranjuez de 1808. Posteriormente, hay que destacar los sucesos ocurridos en Bayona, conocidos como las Abdicaciones de Bayona, abdicando en favor de Napoleón, que cedió el trono a su hermano, José I Bonaparte. Consecuencia de estos sucesos, es la creación de los Estatutos de Bayona, primer texto constitucional español según muchos expertos. En este momento, el pueblo español se levantó el 2 de mayo de 1808 luchando a favor de su independencia. Por lo tanto, se inició la Guerra de la Independencia española teniendo su fin en 1814, y con la fatídica vuelta de Fernando VII. En conclusión, las intenciones tanto como de los monarcas españoles o la de los validos, acabó una vez más, con la guerra en la que personas inocentes luchaban por una fe que ellos recogían en la figura de Fernando VII, en la realidad era totalmente al revés. La figura de Napoleón supo aprovechar muy bien la situación en España y estuvo a punto de anexionar el territorio español a su gran imperio, a no ser, por la gran resistencia que ofreció el pueblo español, provocando la primera derrota de sus tropas. “La España que pudo ser y no fue”-Arturo Pérez Reverte- como bien comentó un gran escritor sobre su novela, El Asedio, donde se refleja la situación vivida en Cádiz durante la invasión napoleónica. Cualquier tipo de avance social, proveniente de Rousseau, o de cualquier tipo proveniente de cualquier ilustre pensador de la época, se quedó en un espejismo con la llegada de Fernando VII. Además, el devenir de España estuvo marcado por la figura de Godoy, una persona con un carácter ambicioso de ser rey, que confió en la derrota de Napoleón y tomó numerosas decisiones equivocadas llevando a España a continuas guerras; cuando su único fin era buscar su propio beneficio. [1] Dentro de Francia se produjo un cambio político, debido a la revolución francesa de 1789. Una de las consecuencias de mayor influencia fue el derrocamiento del monarca francés Luis XVI y la aparición de la figura de Napoleón Bonaparte, que se hizo con el poder en 1802, convirtiéndose en una figura revolucionaria y en contra del antiguo régimen. Fue coronado emperador de los franceses en 1804 por el Papa Pío VII. SpainExchange, Historia de Francia: Napoleón Bonaparte, 1999: http://www.studycountry.com/es/guia-paises/FR-history.htm [2] Pactos de Familia, EcuRed, https://www.ecured.cu/Pactos_de_Familia. [3] Biografía de Conde de Aranda, Biografías y vidas: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/aranda.htm [4] Posteriormente, sería reconocido como el Príncipe de la Paz. Biografía de Manuel Godoy, Biografías y vidas: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/godoy.htm [5] Guerra de la Convención, Gran Enciclopedia Aragonesa online, 2000: http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=6623. [6] La Paz de Basilea, Arte Historia: http://www.artehistoria.com/v2/contextos/6851.htm [7] El Tratado de San Ildefonso, Arte Historia: http://www.artehistoria.com/v2/contextos/6853.htm [8] El Bloqueo Continental, Arte Historia: http://www.artehistoria.com/v2/contextos/2464.htm [9] Ruiz Rodríguez, Ignacio, Historia del Derecho y de las Instituciones, 2016, pp. 822-825. [10] Pérez Reverte, Arturo. Cabo Trafalgar, Alfaguara, Madrid, 2004 [11] Consecuencias del Tratado de Fontainebleau, Apuntes de Historia: http://www.apunteshistoria.info/el-tratado-de-fontainebleau-que-establecio-el-reparto-de-portugal-y-el-derecho-de-paso-por-espana-de-las-tropas-francesas-encargadas-de-su-ocupacion
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