El siglo XVIII, se caracterizó por la recuperación de España tras el declive del siglo anterior, también se realizaron numerosas reformas en lo económico, político y social para mejorar la vida española. El heredero de la monarquía española fue Felipe de Anjou, coronado como Felipe V rey de España, primer rey perteneciente a la dinastía de los Borbones, encabezó todas estas reformas, conocidas como reformas borbónicas[1].
La nueva política en España de Felipe V tenía una gran influencia francesa, cuya finalidad era similar la monarquía francesa, como le había recomendado su padre, Luis XIV. Por ese motivo, en la política interior se crearon nuevas instituciones como las secretarías e intendencias. La política estuvo muy influenciada por las figuras relevantes de Orry, como secretario de Hacienda, y de la princesa de los Ursinos, como mentora del rey. Dentro de la política interior, reformó la administración, creando secretarías e intendencias. Dentro de todas estas reformas, el rey Felipe V quería que la Ley Sálica[2] tuviera la misma validez en España que en su país de origen, por lo tanto, perseveró a las Cortes y aprovechando la situación, ya que en estas se aprobó su renuncia al trono de Francia, el 10 de mayo de 1713 instauró una ley semejante a la de Francia, una ley “semisálica” conocida como Auto Acordado o Ley de Agnación Rigorosa o de Sucesión Fundamental. Este Auto Acordado privaba a las mujeres del derecho de acceder al trono, excepto si no había ningún heredero varón en la línea principal ni lateral. Por lo tanto, esta nueva ley ponía fin a la aplicación del derecho dinástico castellano[3]. Esta ley tuvo grandes repercusiones a lo largo de la historia española, en concreto en el siglo posterior, desencadenando la Guerra Carlista, donde había partidarios de que el nuevo rey fuese Carlos María Isidro (hermano de Fernando VII), y no como era el caso, Isabel II (hija de Fernando VII). Una ley de estas características, siendo muy tradicional e intolerante con el género femenino, provenía de una Francia con unos ideales mucho más modernos que en la antigua España. Sin embargo, gracias en parte a la figura de Isabel la Católica, en España, se respetaba la figura de la mujer como más que digna para acceder al trono o como para transmitir el derecho sucesorio, como debería de haber sido normal en cualquier territorio a lo largo de la historia, puesto que cualquier género estaba perfectamente capacitado para dicha tarea. Aunque, esta ley de una imagen de que en la época de Felipe V no habría progreso ninguno, se intentó modernizar el modelo administrativo, creando secretarías e intendencias, con el fin de que el poder lo ejercieran sus ministros ámbito. Una muestra de estas mejoras fue la creación de la Real Academia Española en 1713, Felipe V un año más aprobó su constitución y la protegió, y posteriormente, las de Medicina, Historia, etc. a imitación de las Academias Francesas. Consecuentemente, se empezó a renovar la cultura (ciencias, religión, arte, literatura, filosofía y política) dentro de España. En el ámbito bélico, tras la pérdida moral de los famosos Tercios, se intentó reorganizar al ejército bajo el modelo francés. También, la Marina España sufrió una remodelación dando lugar a la “nueva Armada Española”. Todas estas remodelaciones se realizaron con el fin de recuperar el poder de España como potencia europea. La llegada de la dinastía borbónica a España trajo consigo el inicio del Despotismo Ilustrado, realizando reformas que llevaban consigo una idea de progreso que empezaba a calar en Francia, y aquí, se vieron notables en la modernización de las instituciones y del modelo económico de la monarquía española. Cabe destacar, como se ha mencionado anteriormente, que estos hechos desencadenaron posteriormente el inicio de una guerra que ha perdurado durante varios siglos, la Guerra Carlista. [1] La más destacada se recoge en los Decretos de Nueva Planta, donde se inicia la Castellanización de la monarquía hispánica, con el fin de unificar todo el territorio español, símil de la política centralista francesa, y como se había intentado en el pasado con el Gran Memorial del Conde-Duque de Olivares, y en parte, en represalia por la infidelidad a Felipe V de los altos cargos dentro de las instituciones de la Corona de Aragón, aboliendo el derecho aragonés y creando una unificación administrativa basada en el derecho castellano . Sin embargo, se respetaron los fueros del País Vasco y Navarra, gracias a la fidelidad mostrada al monarca. Se instauró un absolutismo monárquico perdiendo importancia el papel de las Cortes. “Los Decretos de Nueva Planta de Felipe V,” IntraHistoria, 2014, http://intrahistoria.com/los-decretos-de-nueva-planta-de-felipe-v/ [2] Esta ley de proveniencia francesa, privaba a las mujeres de acceder al trono, ejercer el poder regio y de transmitir derechos sucesorios. [3] Se encontraba recogido en el Código de las Siete Partidas del Rey Don Alfonso X de Castilla y refrendado por Isabel de Castilla en su testamento de 1504. Contrariamente, a lo establecido en la Ley Sálica. “¿Rige la Ley Sálica en España?,” Queaprendemoshoy, http://queaprendemoshoy.com/rige-la-ley-salica-en-espana/
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